- Pubblicata il 02/03/2020
- Autore: Abraham
- Categoria: Racconti erotici bisex
- Pubblicata il 02/03/2020
- Autore: Abraham
- Categoria: Racconti erotici bisex
10 MINUTOS EN EL ASCENSOR - Trieste Trasgressiva
Les cuento de mi experiencia este sabado pasado en horas de la tarde cuando me quedé solo en casa e hice de las mías con mi vecina del piso 4.
Ambos somos casados y lo sabemos, solo que siempre que nos encontramos en el ascensor, no tienen idea de la química que me hace sentir, al punto de que cada vez que me bajo en mi piso, el segundo, llego a casa con una erección.
Ella se ha dado cuenta, y lo sabe, y un día no aguantó mas y me agarró la polla por encima del pantalón, me metió mano, y con la llave del ascensor lo paramos en el cuarto piso, con el seguro de la puerta y alli mismo comenzó todo. Nos besamos apresuradamente, a medio vestir cada uno de nosotros, entre besos, de inmediato la puse a jalarme la polla y a chuparla, lo hacía como si estuviese hambrienta, eramos concientes de que no había mucho tiempo hasta que alguien sonara la alarma. Mientras tanto, le chupaba esas tetas rosadas, ella mientras tanto me tocaba, me hacía la paja, me besaba y me dejaba meterle mis dedos en su vagina jugosa y caliente, no podíamos soportar mas…
En seguida inicié y la puse contra la pared del ascensor, le subí la falda, hice a un lado la pantaleta y en seguida la penetré y comencé a darle duro, porque soy un hombre al que le cuesta acabar y deseaba poner dentro de ella toda mi leche caliente, todo mi semen, mi judo de vida, era apretada, deliciosa, caliente, estaba muy excitada y jadeaba, estaba nervioso de que alguien nos pudiera escuchar, pero no me importó y seguí adelante.
Entre movimiento, jadeos, quejidos, y tannta excitación hice que se viniera y luego a pocos minutos, entre movimiento y movimiento continuaba yo allí, dándole como ella tanto deseaba, miraba sus labios, rojos, sus pezones erectos, su piel sudada, y así, ante tal espectáculo pude acabar al fin.
No lo podíamos creer, no pasaron sino diez escasos minutos y ambos habíamos alcanzado el clímax del placer, una cogida super fuerte, veloz pero tan caliente que no sabía si por las venas me corría sangre o adrenalina, el corazón se me salía, no sé si eran de los nervios, la excitación, la adrenalina, no lo sé, pero en seguida, ella se medio arregló y allí justo salió como si nada….
Apenas llegué a casa, me bajé, pensando, con la mente que me volaba al infinito, no perdía nada de cada detalle que estaba aún vivo en mi mente….
He pasado días pensando como hacer para lograr tener otro encuentro, subir a su casa, o que ella venga a mi apartamento…
He ideado en mi cabeza miles de cosas, pero al final, solo recuerdo que fueron los diez minutos redoblados de sexo y placer en ese pequeño, antiguo pero eficaz ascensor.
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